sábado, 20 de noviembre de 2010

Ciegos.











"¿Quién los ve andar por la ciudad


si todos están ciegos?"




Los Amantes, Julio Cortázar.








Ya salieron los ciegos, regresó


la mañana. Los deberes cotidianos


se yerguen como lápidas


o balas,




toda cifra es escasa


todo lugar baldío


toda calle desierto

viernes, 19 de noviembre de 2010

El secreto.



"Averigüé el secreto del mar al meditar sobre una gota de rocío".


Khalil Gibran, Tesoro Espiritual.
















O cuando el secreto de un lunar es el mapa de tu espalda.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Tu boca (o capítulo 7)





Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.


Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.




Rayuela, Julio Cortázar.





¿qué escribir ahora?


El defecto perfecto de mi cuerpo


Imperfecto contra el tuyo


O mis alas mordidas, o los pájaros


Que quedan en el gélido viento de las tardes


Y que por vez primera


Entre mis labios


Y en las constelaciones de las palmas


de tus manos


Una ventana:


Y todo se abra


Y todo se diga




domingo, 14 de noviembre de 2010

Materia.




De este modo, tal y como la materia se enreda, se funde, se completa, también se separa, se divide, y siempre se transforma. Así, una cama puede ser un árbol, o una puerta puede ser un pájaro, o una boca un túnel, una copa un volcán, o una mano un desierto.