Desde hace
algunas semanas estoy construyendo un muro. Trabajo en él muchos ratos a la semana, y pienso en él otros tantos. Se yergue lentamente. Su materia es variada y extraña. Bella y solitaria.
Un muro de amor
propio, de soledad, de inspiración, un muro de razones; construyo una pared de puertas abiertas, reparo cañerías, encalo su pintura. También la
identidad se compone de porosos engranajes y permeables epidermis. Cosntruyo un muro de palabra, engendro la semilla del grito. Y la voz de origami también necesita porosas murallas para hidratarse hasta ser pájaro.