miércoles, 14 de mayo de 2014

Diez madrileñismos (que quizás no conocieses)








Aquí seguimos con mis listas de expresiones y palabras divertidas. Hoy continúo con madrileñismos. Ahora no se trata solamente de expresiones que decimos todos los días los madrileños, sino de palabras del caló, del argot castizo madrileño, o que forman parte del habla coloquial tradicional de Madrid. Algunas palabras no sabía que viniesen de Madrid (o que se dijesen particularmente en Madrid), otras las he escuchado pero no las utilizo demasiado… pero creo que todas nos sonarán de algo. Aquí algunas curiosas:


1.- Los gayumbos / las gayumbas: se utiliza para designar a los calzoncillos. Yo siempre lo he escuchado para la ropa interior masculina (los calzoncillos), pero con “gayumbas” también podemos, al parecer, referirnos a la ropa interior femenina (las bragas).

2.- La jeta: Literalmente, la jeta es el hocico de un cerdo, pero en el habla coloquial, decimos que alguien es “un jeta” o que alguien “tiene jeta” cuando es aprovehado, tacaño, y actúa con desfachatez.

3.- El peluco: en el habla chulapa de Madrid, el reloj.

4.- El menda: En el habla popular, un “menda” es un individuo, igual que decimos “tío”, o que en Argentina dicen “pibe”. También se puede utilizar “el menda” como “un servidor”, hablando de uno mismo en tercera persona.

5.- El gaznate: también en el habla chulapa de Madrid, garganta.

6.- La fritanga: Nos referimos a “la fritanga” cuando queremos hablar de una manera de cocinar en los bares, en una sartén con mucho aceite o en una freidora. El “olor a fritanga” es el que es especialmente grasiento, una comida “de fritanga” también es la que tiene demasiado aceite y es deasiado abundante en grasa.

7.- La trena: coloquialmente la comisaría. También en el resto de España, cárcel de presos. Otra palabra para decir trena: la chirona, el trullo…

8.- Gamberro: Proviene del habla popular de Arniches, y se utiliza para describir a un hombre holgazán. Sin embargo, una mujer “gamberra”, es una mujer desvergonzada, una golfa, en sentido peyorativo, una prostituta. El lenguaje es machista…

9.- Hortera: En el madrileño de Arniches, un hortera era un “currito”, el apodo que se le ponía a los dependientes de comercios sin responsabilidad, es decir, la gente de clase obrera que trabajaban en el comercio. Hoy en día decimos utilizamos “hortera” como adjetivo peyorativo para referirnos a algo o alguien vulgar y de mal gusto. El nombre para las cosas de mal gusto es “una horterada”.

10.- Manolo: He de confesar que ésta es mi favorita y creo que es la única que no recuerdo haber oído nunca. Un “manolo”, es, al parecer, una persona de las clases populares de Madrid, distinguida por su desenfado, pero localmente, se trata también del adjetivo designado a los vecinos del barrio de Lavapiés de Madrid (¡!).


Hasta aquí mis diez madrileñismos de hoy. ¿Utilizas alguno de éstos? ¿conoces tú algún otro? ¿Qué expresiones de Madrid utilizas o te hacen gracia? 


Nota: si alguien conoce a una persona que utilice el adjetivo "manolo", por favor, ¡que lo diga! ¡Me haría muy feliz!

lunes, 12 de mayo de 2014

Poema.



Me miraba la gárgola-león de la ciudad, decía
que la muerte no era un barrio tranquilo,
calmaba mi ansiedad de muchedumbre
el agua de la fuente.

Me advirtieron las ranas del estanque
de la soledad de periferia, de que el deseo de huir
nunca cesaría,
ni la repetición obscena
de la seca mirada hacia el hogar;

El desamparo estaba en islas interiores
e infectaba los cuerpos

desde sus más secretas maquinarias.

domingo, 11 de mayo de 2014

Diario: Amputado paisaje.




I. 


Decidme cómo es un bosque. En el eco se me repite la pregunta de la maraña de árboles, de la maleza de columnas, de la sinagoga, del amanecer atravesando aquél río. Los molinos me miraban inmutables al otro lado del paisaje. El trigo estaba tierno. Habladme del bosque, decía. Ahora no digo. Ahora no. El bosque está al otro lado de la ventana y no quiero alcanzarlo. El verde me atormenta. El verde susurra la pérdida de mí misma. Tengo miedo del bosque.

II.

Monólogo interior en el tren: la piel es el lugar, y el recorrido. La piel es la idea, la piel es el retorno. Esas letras escritas en la piel. Ese código es el camino de regreso. Ese código son tantos otros lugares. Tantas otras construcciones. Busco el camino de ladrillos naranjas, de construcciones industriales, de periferias urbanas, de lugares de paso en los que pueda quedarme. Quiero decir hogar y digo música, y digo acá, y allá, y ficción. Me han arrancado algo del paisaje. Por eso la ansiedad de espacios, por eso el verde, por eso los tejados de ladrillo rojo.