Después de un fin de semana intenso, bello y de recarga de energías, la semana.
Lunes: Envío de mails, internet, llamadas. La espalda. Encierro voluntario, clase, café. Currículos. Me he quemado una mano, ha dolido y lo he olvidado. Cena. Converso con Cris y la veo al otro lado de la pantalla. Luego Lena Dunham. No tengo demasiada conciencia temporal y eso me confunde. Tengo sueño todo el tiempo.
Martes: más emails, currículos, investigaciones internautas. Más textos y feminismos, blogs, y otras ideas. Sueño con el pasado y me despierto con gritos fuera, en la calle. Perfilo un proyecto. Hago listas. Cubrí la quemadura con una pequeña venda. Por eso ya no existe la herida, todo es un embuste y volvemos al mundo real.
Miércoles: Investigo cursos estatus y burocracias. Envío más mails y más currículos. Decido recorrer la ciudad en busca de ideas. Hablo con poetas que me entregan un señuelo. Descubro edificaciones abandonadas, como ideas, viejas, solitarias. Creo en repoblarlas, darles vida de nuevo. Ahí está el secreto. Traduzco antes de dormir. El día es productivo, ato cabos, esbozo una idea. La mano escuece y pica. Imagino una enfermedad, como un pasatiempo. Estoy agotada pero no puedo dormir.
Jueves: Clases, alumnos, exámenes. Corrección de poemas al francés. Café, café y más café. Tarde: recibo respuestas inesperadas. Nunca he sido aprensiva. Es la herida casi un evento extraordinario y raro. Como un espacio reptiliano en el que me construyo y que dejo reposar. Como un tesoro inédito. Recito en francés mis propios textos por primera vez en mi vida, aquí. Bello encuentro por la libertad de expresión. Conozco nuevos proyectos. Poesía, España y más.
Viernes: Clases, espalda, Pero las quemaduras no cicatrizan, y termino en la farmacia con las manos vendadas. No siento dolor. El apartamento huele a crema y calefacción. Es la espalda un proyecto en sí mismo. Son las cervicales parte del verso. Se integran en mi vida como metáfora de un texto inacabado. Como un peso antiguo. Como un reto. Duermo. Clase. Conversamos sobre Grecia y sus elecciones. Comemos dátiles. Y así.