Hacía tanto tiempo que no me marchaba de vacaciones. Hoy compré otro billete de tren que encadenaré con más playa que a su vez encadenaré con Francia. Los días pasan despacio (¿o deprisa?) bajo el sol del sur. Leer 84, Charing Cross Road me está dando ganas de vivir a través de correspondencia y escribir cartas a desconocidos. He encontrado algunos libros que meteré en mi maleta de vuelta, junto con un cuaderno que vuelve a casa vacío.
miércoles, 1 de agosto de 2012
domingo, 29 de julio de 2012
Los libros arden (el sur, segunda parte).
"Los libros están para recordarnos lo tontos y estúpidos que somos (...)".
"No espere ser salvado por alguna cosa, persona, máquina o biblioteca. Realice su propia labor salvadora, y si se ahora, muera, por lo menos, sabiendo que se dirigía a la playa".
"- Tenemos todo lo necesario para ser felices, pero no lo somos. Falta algo (...).
- Es usted un romántico sin esperanza - dijo Faber -. Resultaría divertido si no fuese tan grave. No es libros lo que usted necesita, sino algunas de las cosas que en un tiempo estuvieron en los libros. (...) Los libros sólo eran un tipo de receptáculo donde almacenábamos una serie de cosas que temíamos olvidar.No hay nada mágico en ellos. La magia sólo está en lo que dicen los libros, en cómo unían los diversos aspectos del Universo hasta formar un conjunto para nosotros. (...) Vivimos en una época en que las flores tratan de vivir de flores, en lugar de crecer gracias a la lluvia y al negro estiércol. Incluso los fuegos artificiales, pese a su belleza, proceden de la química de la tierra. Y, sin embargo, pensamos que podemos crecer, alimentándonos con flores y fuegos artificiales, sin completar el ciclo, de regreso a la realidad."
Ray Bradbury, Farenheit 451.
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