jueves, 8 de marzo de 2012

MAUS.



Mi lectura de anoche: Narrada con la claridad de un cuento para niños, con la misma inocencia y la misma ternura, Maus es una novela gráfica que cuenta la historia del padre del autor, un judío polaco, superviviente a una Polonia gobernada por los nazis. Pero no es una novela para niños. Es un cuento en el que los protagonistas son animales antropomórficos: los judíos son ratones, los nazis son gatos, los polacos son cerdos, los suecos son ciervos, los peces son ingleses, los americanos son perros, y las ranas son los franceses. De tinte un poco expresionista, el propio título es una metáfora de lo que fue la Polonia ocupada para los judíos, una aterradora ratonera. Enternecedora, escalofriante, terriblemente humana y maravillosa, es el primer Premio Pulitzer que se otorgó a un cómic.

domingo, 4 de marzo de 2012

Amar la música: Chico y Rita.

Hace dos semanas vi Chico y Rita, la película de Fernando Trueba y Javier Mariscal nominada al Óscar a mejor película de animación y premio Goya y del Cine Europeo en la misma categoría.



Se trata de una película, en mi opinión, excepcional, una historia de amor y de música ambientada en la Cuba de los años cincuenta. Transcurre además en Nueva York, Paris y otras ciudades epicéntricas de la cultura musical de la época. La vi casi por azar, porque no tenía demasiada información ni ninguna idea a priori, y el hecho del formato de animación me resultaba curioso y extraño para una película de adultos.


Pero la película no es únicamente el dibujo (que, por cierto, me gustó mucho) sino, principalmente, un homenaje a la música. Se trata de un homenaje a Bebo Valdés, a cuya vida real alude el guión en varias ocasiones.




La película es un homenaje, no solamente a la música cubana, sino a la tradición, a la salsa, al jazz, al flamenco. Es una fábula que habla del amor a la tierra y a las personas. De cómo la música es el instrumento más universal que existe, puede cruzar fronteras, puede ser de todos y de nadie, puede no tener una nacionalidad y fundirse con otras para crear una identidad nueva. Habla de cómo el amor a la música no tiene nada que ver con el estatus social y de cómo forma una parte intrínseca e indispensable del ser humano.