El tiempo pasa, y apenas pasa nada. Todo permanece quieto. Silencio. Calma aparente. Incertidumbre, miedo, lasitud. Duele algo en el estómago; otras veces, no duele nada. Se pueden construir agujeros profundísimos. Algunos ya existen, otros no existieron jamás. En mi mesa, un calendario grita
Mesías.