viernes, 24 de octubre de 2014

Nota ortográfica: POR QUE, PORQUE, POR QUÉ O PORQUÉ, esa es la cuestión.



Todos nos hemos hecho alguna vez esta pregunta, ¿verdad? Y seguro que a todos nos ha pasado alguna vez que cuando lo escribimos rápido a veces tardamos unos segundos en recordar la norma... Pues bien, después de las preguntas existenciales de nuestra pobre Mafalda, he aquí las diferencias en una pequeña nota ortográfica, porque ya sabemos que escribir bien ¡es sexy!

-          PORQUÉ
Escribimos Porqué todo junto y acentuado en la E cuando se trata de un sustantivo masculino que quiere decir la causa, el motivo, la razón de algo. Al tratarse de un sustantivo, generalmente va acompañado de un artículo: “el porqué”.
Ejemplos: “Todo tiene su porqué”, “No comprendo el porqué de tu reacción”.

-          PORQUE
Lo escribimos todo junto y sin acento cuando se trata de una conjunción átona. Es una conjunción causal, que sirve para introducir una oración subordinada que exprese causa, y puede sustituirse por “ya que” o “puesto que”.
Ejemplos: “No fui a clase porque estaba cansada”. “Estaba preocupado porque no me llamabas”.

-          POR QUÉ
Escrito junto y con tilde, se trata de una secuencia interrogativa. Por, indica la razón, y el interrogativo qué, se refiere a cuál es esa razón. Se acentúa para diferenciarla de “por que”, la última posibilidad que veremos a continuación.
Ejemplo: “No comprendo por qué no aceptas una crítica”. “¿Por qué estudias español?”
Nota: en el primer ejemplo, “por qué” quiere decir “cuál es la razón”. Si quisiéramos escribirlo junto tendríamos que sustantivarlo, con un determinante (el porqué).

-          POR QUE
Y en último lugar, escribimos “por que”, separado y sin tilde, para introducir una oración subordinada relativa. Lo más normal no es escribir “por que”, sino “por lo que”, o “por la que”. Se trata de la preposición “por” acompañada del pronombre de relativo “que”.
Ejemplo: “Aquél fue el motivo por (el) que no te dije nada”.
También se escribe de este modo para acompañar a los verbos que rigen ser proseguidos de esta preposición (por), y que además llevan una oración subordinada que les acompaña, introducida por la conjunción “que”.
Ejemplo: “Me dio las gracias por que le acompañase al aeropuerto”.

Y ahora vosotros: ¿Hay alguna ortografía en particular que os cueste o que confundais habitualmente?


martes, 21 de octubre de 2014

Diez personajes del imaginario del habla popular española. (Parte I)


El triunfo de Baco o "Los Borrachos", Diego de Velázquez, 1629. 



¿Nunca os habéis preguntado quiénes son esos personajes a los que nombramos constantemente en nuestras conversaciones y expresiones cotidianas? ¿De dónde vienen Pepito, Fulano, Jaimito o Carracuca? 

Pues bien, después de curiosear durante bastantes semanas, me he decidido a hacer una serie de posts sobre estos personajes que pertenecen al imaginario cultural, y cuya siempre dudosa existencia y procedencia forma parte del mito y la tradición popular. Aquí van algunos de estos personajes:


-         1.- Rita la cantaora:

Especialmente conocida en Andalucía (la expresión es típica de allí), esta expresión está basada en Rita Giménez García, más conocida por este apodo, nacida en Jerez de la Frontera a mediados del siglo XIX. Fue una cantaora de flamenco muy famosa en los cafés de la época. Decimos que algo no le importa o no lo hace “ni Rita la cantaora”, queriendo decir que ni siquiera a una personalidad tan importante como ella le es imprescindible.


Esta imagen es un retrato real de Rita la Cantaora, en su última actuación, la saqué de aquí pero está sacada del archivo del diario El Mundo.


-          2.-El abogado del diablo:

En latín advocatus diaboli, o “promotor de la fe” (Promotor Fidei) es el apelativo popular que se le da al procurador fiscal en los antiguos juicios de canonización de la Iglesia Católica. Su denominación posterior fue “promotor de la justicia”. Este individuo, generalmente clérigo, doctorado en derecho canónico, tenía como deber objetar, exigir pruebas y descubrir errores en la documentación aportada para demostrar los méritos de los candidatos a beatos o santos. Aunque pareciese que su labor era atacar a estos aspirantes, en realidad se encargaba de defenderlos ante el tribunal, pero, en definitiva, nunca estaba claro con qué bando iba. A día de hoy, el término “abogado del diablo” se aplica, por extensión, a personas que defienden una posición en la que no generalmente creen, para comprobar la calidad del discurso y del argumento original e identificar las debilidades.

-        
3 .- Abundio:

Se trata de un personaje sobre cuya vida hay diversas versiones: una de ellas es la de se trataba de un agricultor que existió entre los siglos XVII y XVIII en Córdoba, que a falta de agua para regar sus tierras orinaba en ellas. Otra posible procedencia es la del propio santo con el mismo nombre. Al parecer, San Abundio fue un mártir que en el año 854 vivía en la Córdoba musulmana, fiel seguidor del obispo Samuel de Córdoba y de San Eulogio. Al parecer, este Abundio, se empeñó en ser martirizado a pesar de que once veces le dieron la ocasión de retractarse. De ahí también puede proceder la expresión popular de “ser más tonto que Abundio”. 


-        4.- El que corta el bacalao:

La expresión data de la época de las colonias, en cuyos barcos era habitual enviar a una serie de empleados que servían y preparaban la comida. El bacalao era, sin duda, el alimento que mejor se conservaba, salado y convenientemente desecado, en estos largos trayectos. El hombre que se encargaba de “cortar el bacalao” era generalmente el capataz o encargado del barco, o la plantación. Éste dividía las raciones y las distribuía entre sus esclavos y empleados. De ahí, que la persona que “corta el bacalao” es aquélla que tiene poder de decisión y que maneja los hilos de una situación.


-        5.- El último mono:



Con toda seguridad  la explicación del dicho “ser el último mono” proviene de los circos ambulantes que iban de pueblo en pueblo, una de cuyas atracciones eran las comparsas de monos. La expresión a veces se utiliza completa: “el último mono de la comparsa, de la cuadrilla, o de la pandilla”. Se emplea para dar a entender que una persona es la menos importante o con la que menos se cuenta para algún asunto. “Aunque soy el directo de esta empresa, aquí todo el mundo manda más que yo, soy el último mono…”.


-        6.- Juan Palomo:

De modo coloquial, un Juan Palomo es una persona que pretende hacerse a sí mismo, solucionar sus propios problemas, “sacarse las castañas del fuego” sin la ayuda de nadie, y sin ser útil para nada. Se desconoce el origen de este personaje, su actitud es egoísta, y de ahí la expresión “Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como”. 


Francisco de Quevedo retratado por Velázquez (copia).


Tal vez en esta expresión se inspirase, como no podía ser de otro modo, Francisco de Quevedo, que escribe esta letrilla:

Después que de puro viejo
caduca ya mi vestido,
como como un descosido,
por estarlo hasta el pellejo.
No acierto a topar consejo
que pueda ponerme en salvo
contra un herreruelo calvo
y una sotana lampiña,
que, cuando mejor se aliña,
me descubre todo el lomo.
Yo me soy el rey Palomo:
yo me lo guiso y yo me lo como.

Si va a decir la verdad,
de nadie se me da nada,
que el ánima apicarada
me ha dado esta libertad.
Sólo llamo majestad
al rey con que hago la suerte.
No temo en damas la muerte
tanto como en un doctor:
que las cosas del amor
como me vienen las tomo.
Yo me soy el rey Palomo:
yo me lo guiso y yo me lo como.

Para mí no hay demasías
ni prerrogativas necias
de los que se hacen Venecias
sólo por ser señorías.
En mi mesa las Harpías
mueren de hambre contino;
pídola para el camino,
si me despide mi dama;
mas, si a mi ventana llama,
después de comer me asomo.
Yo me soy el rey Palomo:
yo me lo guiso y yo me lo como.

Entre nobles no me encojo,
que, según dice una ley,
si es de buena sangre el rey,
es de tan buena su piojo.
Con nada me crece el ojo,
si no es con una hinchazón.
Más estimo un dan que un don;
y es mi fuerza y vigor tanto,
que un testimonio levanto,
aunque pese más que plomo.
Yo me soy el rey Palomo:
yo me lo guiso y yo me lo como.



-        7.- La madre del cordero:

Ser “la madre del cordero”, coloquialmente, significa ser la explicación de un hecho, el dato que lleva a la solución de un problema. Como de la mayor parte de estas expresiones, no se sabe a ciencia cierta su origen, pero me quedo con el que más lógico me parece de los que he leído por ahora, que es el bíblico: si el cordero de Dios es Cristo, quien redime a sus fieles de sus pecados, su madre es la causa de todo, es decir, en última instancia, la responsable de su misión redentora.


-          8.- Fulano y Mengano:

¿Nunca os habéis preguntado quiénes son “Fulano de tal” o “Mengano de cual”? Pues bien, resulta que esa expresión proviene de los árabes, (fulán, del egipcio), del mismo modo que la menos utilizada Mengano (man kán, del árabe “quien sea”). Y el menor utilizado, Zutano, que proviene del latín scitanus, “sabido”. Hablar de estos personajes imaginarios significa referirse a una persona cualquiera, del mismo modo que pasa en otros idiomas con diferentes expresiones idiomáticas.


-        9.- Pichote:

La única explicación fiable que he encontrado nos lleva al Chicago de los años 20. Ya sé que suena un poco raro, pero al parecer “Pichote” proviene de “Picciotto”, en italiano, muchacho, que era el apodo de uno de los gánsteres enemigos de Al Capone en la época. Gennaro “il picciotto” Spummarolo, apelado así por su aniñado aspecto. Al parecer, para planear un asesinato contra la banda de Capone, Picciotto fue engañado de una forma extremadamente ingenua, siendo finalmente la víctima de una emboscada que le costó la vida a él y a su socio. De ahí que, ser “más tonto que Pichote” también se refiera a ser demasiado inocente e ingenuo.


-        10.- Picio:

Se trata del apellido de un personaje popular llamado Francisco, procedente de la localidad española de Alhendín, en Granada. Por alguna razón desconocida fue condenado a muerte, y ya en la capilla fue informado de su indulto. No se sabe si por su estancia en la prisión o por su enorme sorpresa, se le cayeron el pelo, las cejas y las pestañas, y, por si eso fuera poco, le salieron además algunos tumores en la cara que lo dejaron deformado, y horrorosamente feo. De ahí la expresión “ser más feo que Picio”. Al parecer, tal fue el rechazo que sufrió que huyó a Lanjarón para intentar ser curado, pero fue expulsado por no visitar la iglesia, donde no podía entrar sin quitarse el pañuelo que cubría su cabeza. De ahí volvió a Granada, donde murió.



En próximos post hablaré de otros personajes del habla popular y de su posible procedencia o leyenda. Mientras tanto, ¿Utilizáis las expresiones de las que hemos hablado? ¿Qué otros personajes conocéis o nombráis habitualmente?

domingo, 19 de octubre de 2014

Diariopoema.


Gitana dormida, H. Rousseau, "Le Douanier" (1897). 



El rostro de tu mueca lloviznada
Es el eco del canto
Del gitano que nació en el arrozal
Y creyó
Que toda luna era agua, y todo ruido
Noctámbulo caballo
Entre los matorrales;

No existe portavoz del cuero
Desnudo del sudor,
Solamente el retrato
De aquél cante dolido que quiso ser un barco

el murmullo de ancianas
en la nocturnidad de la alameda

la brisa despertando al animal y sus luceros.