Eficacia es más que una palabra. Nada tengo de pragmático. Pero el tiempo es otro. Huele a lejía el hogar, y a esta imagen la sucede el incienso. Fuera hay atentados. Miedo en la radio. Pena en el país que ya es mío, que me ha transformado, al que debo tanto. Rabia en un país complejo del que formamos parte silenciosamente. Enero ha llegado como un tigre, blanco, tranquilo, adormilado en una esquina del cuarto. Me habla mi tía muerta en sueños, también la abuela muerta, también mamá, y una sombra del hombre. Me hablan las mujeres que escribieron la Historia. Hace frío y pongo la estufa para dosificar el calor. Soluciono, descanso, hiberno: es así la soledad, un jardín de hierba verde. La espalda me cruje como una herida abierta. Tres músculos atrofiados no me dejan dormir bien. Comemos crèpes, hablamos de películas. El calendario son reuniones de amigos. Son páginas por escribirse y algún que otro proyecto. Sueño con gatos. Mando fotos de mi sofá a mi hermana. La calma es esto.