martes, 10 de enero de 2012

Esto duele. Ay.



"Yo tenía la oportunidad de observar sin ser observado, como si yo fuera mi propio fantasma, puesto que ser un fantasma no es más que ser uno mismo hecho otro. Al mirar en el interior de una tienda creía ser yo el que se probaba un suéter; al ver las luces de la biblioteca de la ciudad encendidas aún para los últimos lectores pensaba que yo había sido uno de ellos; al ver a una persona leyendo o escribiendo frente a una ventana o preparando una cena prematura completamente solo en una cocina recordaba que yo había sido uno de ellos y que a veces, cuando leía o escribía o cocinaba, creía haber escuchado una voz en mi cabeza que me decía que todo iba a ir bien, que yo iba a escribir los libros que siempre había querido escribir o al menos iba a aproximarme a ellos tanto como me iba a ser posible para después quedarme vacío y sin nada que decir, y que iba a publicar en los sellos donde quería publicar e iba a conocer amigos leales que iban a saber beber y reír y que yo iba a tener tiempo para leer todo lo que quería leer y resignación para aceptar que no iba a poder leerlo todo, como pasa siempre,y, en general, que las cosas no iban a estropearse".

El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia, Patricio Pron.



O empezar el año con el pie izquierdo (pocho). Já!

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