El triunfo de Baco o "Los Borrachos", Diego de Velázquez, 1629.
¿Nunca os habéis preguntado quiénes son esos personajes a los que nombramos constantemente en nuestras conversaciones y expresiones cotidianas? ¿De dónde vienen Pepito, Fulano, Jaimito o Carracuca?
Pues bien, después de curiosear durante bastantes semanas, me he decidido a
hacer una serie de posts sobre estos personajes que pertenecen al imaginario
cultural, y cuya siempre dudosa existencia y procedencia forma parte del mito y
la tradición popular. Aquí van algunos de estos personajes:
- 1.- Rita la
cantaora:
Especialmente
conocida en Andalucía (la expresión es típica de allí), esta expresión está
basada en Rita Giménez García, más conocida por este apodo, nacida en Jerez de
la Frontera a mediados del siglo XIX. Fue una cantaora de flamenco muy famosa
en los cafés de la época. Decimos que algo no le importa o no lo hace “ni Rita
la cantaora”, queriendo decir que ni siquiera a una personalidad tan importante
como ella le es imprescindible.
Esta imagen es un retrato real de Rita la Cantaora, en su última actuación, la saqué de aquí pero está sacada del archivo del diario El Mundo.
- 2.-El abogado
del diablo:
En latín advocatus diaboli, o “promotor de la fe”
(Promotor Fidei) es el apelativo popular que se le da al procurador fiscal en
los antiguos juicios de canonización de la Iglesia Católica. Su denominación
posterior fue “promotor de la justicia”. Este individuo, generalmente clérigo,
doctorado en derecho canónico, tenía como deber objetar, exigir pruebas y
descubrir errores en la documentación aportada para demostrar los méritos de
los candidatos a beatos o santos. Aunque pareciese que su labor era atacar a
estos aspirantes, en realidad se encargaba de defenderlos ante el tribunal,
pero, en definitiva, nunca estaba claro con qué bando iba. A día de hoy, el
término “abogado del diablo” se aplica, por extensión, a personas que defienden
una posición en la que no generalmente creen, para comprobar la calidad del
discurso y del argumento original e identificar las debilidades.
-
3 .- Abundio:
3 .- Abundio:
Se trata de un
personaje sobre cuya vida hay diversas versiones: una de ellas es la de se
trataba de un agricultor que existió entre los siglos XVII y XVIII en Córdoba, que
a falta de agua para regar sus tierras orinaba en ellas. Otra posible procedencia
es la del propio santo con el mismo nombre. Al parecer, San Abundio fue un
mártir que en el año 854 vivía en la Córdoba musulmana, fiel seguidor del
obispo Samuel de Córdoba y de San Eulogio. Al parecer, este Abundio, se empeñó
en ser martirizado a pesar de que once veces le dieron la ocasión de
retractarse. De ahí también puede proceder la expresión popular de “ser más
tonto que Abundio”.
- 4.- El que corta
el bacalao:
La expresión data de
la época de las colonias, en cuyos barcos era habitual enviar a una serie de
empleados que servían y preparaban la comida. El bacalao era, sin duda, el
alimento que mejor se conservaba, salado y convenientemente desecado, en estos
largos trayectos. El hombre que se encargaba de “cortar el bacalao” era
generalmente el capataz o encargado del barco, o la plantación. Éste dividía
las raciones y las distribuía entre sus esclavos y empleados. De ahí, que la
persona que “corta el bacalao” es aquélla que tiene poder de decisión y que
maneja los hilos de una situación.
- 5.- El último
mono:
Con toda
seguridad la explicación del dicho “ser
el último mono” proviene de los circos ambulantes que iban de pueblo en pueblo,
una de cuyas atracciones eran las comparsas de monos. La expresión a veces se
utiliza completa: “el último mono de la comparsa, de la cuadrilla, o de la
pandilla”. Se emplea para dar a entender que una persona es la menos importante
o con la que menos se cuenta para algún asunto. “Aunque soy el directo de esta
empresa, aquí todo el mundo manda más que yo, soy el último mono…”.
- 6.- Juan Palomo:
De modo coloquial,
un Juan Palomo es una persona que pretende hacerse a sí mismo, solucionar sus
propios problemas, “sacarse las castañas del fuego” sin la ayuda de nadie, y
sin ser útil para nada. Se desconoce el origen de este personaje, su actitud es
egoísta, y de ahí la expresión “Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como”.
Francisco de Quevedo retratado por Velázquez (copia).
Tal vez en esta expresión se inspirase, como no podía ser de otro modo,
Francisco de Quevedo, que escribe esta letrilla:
Después
que de puro viejo
caduca ya mi vestido,
como como un descosido,
por estarlo hasta el pellejo.
No acierto a topar consejo
que pueda ponerme en salvo
contra un herreruelo calvo
y una sotana lampiña,
que, cuando mejor se aliña,
me descubre todo el lomo.
Yo me soy el rey Palomo:
yo me lo guiso y yo me lo como.
caduca ya mi vestido,
como como un descosido,
por estarlo hasta el pellejo.
No acierto a topar consejo
que pueda ponerme en salvo
contra un herreruelo calvo
y una sotana lampiña,
que, cuando mejor se aliña,
me descubre todo el lomo.
Yo me soy el rey Palomo:
yo me lo guiso y yo me lo como.
Si va a decir la verdad,
de nadie se me da nada,
que el ánima apicarada
me ha dado esta libertad.
Sólo llamo majestad
al rey con que hago la suerte.
No temo en damas la muerte
tanto como en un doctor:
que las cosas del amor
como me vienen las tomo.
Yo me soy el rey Palomo:
yo me lo guiso y yo me lo como.
de nadie se me da nada,
que el ánima apicarada
me ha dado esta libertad.
Sólo llamo majestad
al rey con que hago la suerte.
No temo en damas la muerte
tanto como en un doctor:
que las cosas del amor
como me vienen las tomo.
Yo me soy el rey Palomo:
yo me lo guiso y yo me lo como.
Para mí no hay demasías
ni prerrogativas necias
de los que se hacen Venecias
sólo por ser señorías.
En mi mesa las Harpías
mueren de hambre contino;
pídola para el camino,
si me despide mi dama;
mas, si a mi ventana llama,
después de comer me asomo.
Yo me soy el rey Palomo:
yo me lo guiso y yo me lo como.
ni prerrogativas necias
de los que se hacen Venecias
sólo por ser señorías.
En mi mesa las Harpías
mueren de hambre contino;
pídola para el camino,
si me despide mi dama;
mas, si a mi ventana llama,
después de comer me asomo.
Yo me soy el rey Palomo:
yo me lo guiso y yo me lo como.
Entre nobles no me encojo,
que, según dice una ley,
si es de buena sangre el rey,
es de tan buena su piojo.
Con nada me crece el ojo,
si no es con una hinchazón.
Más estimo un dan que un don;
y es mi fuerza y vigor tanto,
que un testimonio levanto,
aunque pese más que plomo.
Yo me soy el rey Palomo:
yo me lo guiso y yo me lo como.
que, según dice una ley,
si es de buena sangre el rey,
es de tan buena su piojo.
Con nada me crece el ojo,
si no es con una hinchazón.
Más estimo un dan que un don;
y es mi fuerza y vigor tanto,
que un testimonio levanto,
aunque pese más que plomo.
Yo me soy el rey Palomo:
yo me lo guiso y yo me lo como.
- 7.- La madre del
cordero:
Ser “la madre del
cordero”, coloquialmente, significa ser la explicación de un hecho, el dato que
lleva a la solución de un problema. Como de la mayor parte de estas
expresiones, no se sabe a ciencia cierta su origen, pero me quedo con el que
más lógico me parece de los que he leído por ahora, que es el bíblico: si el
cordero de Dios es Cristo, quien redime a sus fieles de sus pecados, su madre
es la causa de todo, es decir, en última instancia, la responsable de su misión
redentora.
- 8.- Fulano y Mengano:
¿Nunca os habéis
preguntado quiénes son “Fulano de tal” o “Mengano de cual”? Pues bien, resulta
que esa expresión proviene de los árabes, (fulán,
del egipcio), del mismo modo que la menos utilizada Mengano (man kán, del árabe “quien sea”). Y el
menor utilizado, Zutano, que proviene del latín scitanus, “sabido”. Hablar de estos personajes imaginarios significa
referirse a una persona cualquiera, del mismo modo que pasa en otros idiomas
con diferentes expresiones idiomáticas.
- 9.- Pichote:
La única explicación
fiable que he encontrado nos lleva al Chicago de los años 20. Ya sé que suena
un poco raro, pero al parecer “Pichote” proviene de “Picciotto”, en italiano,
muchacho, que era el apodo de uno de los gánsteres enemigos de Al Capone en la
época. Gennaro “il picciotto” Spummarolo, apelado así por su aniñado aspecto.
Al parecer, para planear un asesinato contra la banda de Capone, Picciotto fue
engañado de una forma extremadamente ingenua, siendo finalmente la víctima de
una emboscada que le costó la vida a él y a su socio. De ahí que, ser “más
tonto que Pichote” también se refiera a ser demasiado inocente e ingenuo.
- 10.- Picio:
Se trata del apellido
de un personaje popular llamado Francisco, procedente de la localidad española
de Alhendín, en Granada. Por alguna razón desconocida fue condenado a muerte, y
ya en la capilla fue informado de su indulto. No se sabe si por su estancia en
la prisión o por su enorme sorpresa, se le cayeron el pelo, las cejas y las
pestañas, y, por si eso fuera poco, le salieron además algunos tumores en la
cara que lo dejaron deformado, y horrorosamente feo. De ahí la expresión “ser
más feo que Picio”. Al parecer, tal fue el rechazo que sufrió que huyó a
Lanjarón para intentar ser curado, pero fue expulsado por no visitar la
iglesia, donde no podía entrar sin quitarse el pañuelo que cubría su cabeza. De
ahí volvió a Granada, donde murió.
En próximos post
hablaré de otros personajes del habla popular y de su posible procedencia o
leyenda. Mientras tanto, ¿Utilizáis las expresiones de las que hemos hablado? ¿Qué
otros personajes conocéis o nombráis habitualmente?
Muy interesante, aunque sigo con la duda de por qué se diría va a ir Rita la cantaora. supongo que será una degeneración del primer dicho.
ResponderEliminarAprendo un montón con tu blog, enhorabuena!
Jolín, pues muchas gracias!!! me alegro de que te guste... sí, imagino que una degeneración.. ¡a saber...! Abrazos
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