martes, 10 de junio de 2014

Diario en blanco y negro.





No tener nada más. Maletas, papeles, ropa, equipajes que abultan y que cambian de lugar. Cuando cambian de sitio soy otra, hay luz en la ventana. Respiro. Salgo a la calle y no estoy sola. Limpio lo que queda del lugar en que viví. Me reconozco vieja entre esas cuatro paredes, renovada en las ventanas nuevas, lejana de mí misma, limpio el polvo del pasado para asentarme en un futuro que no puede sino ser algo mejor. Me deshago de ropas viejas, de papeles antiguos, de regalos que ya no son para mí. Y ofrecen su ayuda aquellas manos, amor aquellas manos, pero yo palpo ese amor, lo mimo, lo observo desde una distancia prudencial que decido construirme. No puedo sino mirar por la ventana hacia los tejados del futuro, y decir: yo no soy aquélla,  es así como quiero ser. 

3 comentarios:

  1. Me encanta. Las mudanzas son sólo el reflejo mundano de una transformación (mucho más grande) en nuestro interior. Son una nueva piel, otro comienzo, en forma de espacio.
    Además nos dan perspectiva sobre nuestra vida y nuestro mundo. Nos muestran nuestras posesiones, de las cuales no necesitamos casi ninguna, y nos ofrecen la posibilidad de desprendernos de ellas, como la serpiente que muda o la mariposa que sale del capullo, para poco a poco, seguir creciendo.
    Las mudanzas son mucho mejores de lo que parecen, en verdad. Nos aferramos a los sitios y a las cosas, como el pájaro que está más cómodo en su jaula, pero al que en verdad su instinto le pide que vuele.
    Ala, a volar.

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  2. pd. Las mudanzas nos convierten a nosotros mismos en hogar.

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  3. si!!! son una puerta que se cierra y otra que se abre hacia un nuevo comienzo!!!! y exacto, nos damos cuenta de que nosotros mismos somos el hogar, y de todo lo que hemos aprendido en el camino. Te quiero!!!!!!!!!

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