"Ese naufragio permanente, ese desmayo emocional, la abocaba a convertirse en un ser temeroso que, incapaz de afrontar una realidad que escapaba totalmente a su comprensión, avanzaba por espacios vacíos, por un desierto metafísico".
Enrique Vila-Matas.
¿Desiertos metafísicos? ¿Acaso exíste aún la metafísica? ¿Todavía cree alguien en el desierto?
Busco el desierto. Me gusta pensar en el desierto aunque a veces piense que pierdo el tiempo. A veces me gusta perder el tiempo. Recuerdo algunos versos de Alejandra Pizarnik. Luego pienso que tiempo no es más que una palabra. Y quiero hacer tantas cosas inútiles, irreverentes, que la emoción me da náuseas. Sigo perdiendo el tiempo, y me mareo, y doblo el cuello hasta quedar con el cuerpo destrozado, otras veces decido que gritar es la única defensa contra la desidia del no-desierto, de un día árido o dos, y quiero decirlo todo, y vomitarlo, y ser otra persona, o varias, y quiero desdoblarme y desdecirme. La voz, el sexo, la maleta, la palabra. Se puede gritar de tantas formas. Bienvenidos al espectáculo. Bienvenidos al ahora.
como si también nosotros pasáramos por el inexorable embudo del reloj de arena. arena del desierto. así nos trata el tiempo, apalizándonos. terrible espectáculo!
ResponderEliminartotalmente. Es un tiempo irreal. Seguramente, el tiempo ni siquiera exista. Un abrazo, Raúl!
ResponderEliminarojalá no exista, eso creo yo también... ¡¡iros al desierto de almería y veréis que preciosidad!!!!
ResponderEliminarel desierto de Almería, donde se han grabado un montón de spaguetti westerns, no??!!
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