lunes, 21 de febrero de 2011

Esfinge de tabaco



"La que huye. La que persigue y huye,

la que entierra las huellas de otros dedos,

la que ignora los cantos,

la que un día comulgó los excrementos de la derrota y aún así

volvió a caminar."


María Rosal.





El sabor del tabaco es uno de los placeres más maravillosos que existen en días como hoy, en los que despierto con pesadillas, cuesta respirar, y la enfermedad me llega hasta los huesos. Me gusta el sabor enfermizo del tabaco, como un regalo, como una bendición, como un sedante. Conversar con el poeta también es un bálsamo, una suerte encontrarnos, un viaje esta enfermedad y el tabaco un placer, un ahora, la esquina dulce de la pesadilla, un porvenir, el humo, un silencio, un recuerdo.

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